ENTER THE VOID

lunes, 11 de abril de 2011



ENTER THE VOID. Gaspar Noé. 2009

Algunas películas trascienden el concepto de simple producto de entretenimiento. Es cierto que "ENTER THE VOID" se apoya de manera sistemática en los elementos visuales y se recrea con cierto afán efectivista en las secuencias caleidoscópicas de las visiones liségicas del DMT. Pero su resultado es tan apabullante e hipnótico que se le perdona cualquier atisbo de premeditada pretenciosidad. Y es que precisamente eso es lo que engrandece este viaje. Noé quiere sumergirnos premeditadamente en las turbulentas aguas de nuestros miedos internos, aquellos que solo existen si cerramos los ojos y olvidamos quienes creemos ser. Su intención es acercarse a incursiones profundas de la mente y recrearse en el proceso metafísico de su acontecer.

Más allá de la trama superficial que acontece en la anarquía noctámbula de un Tokyo de neón, "ENTER THE VOID" ofrece una de las primeras aproximaciones a un nuevo concepto de cine basado en la experiencia en primera persona. La cámara son los ojos del protagonista y del espectador. Quizás "Strange Days"(Kathryn Bigelow, 1995) empezó apuntando maneras similares, pero es aquí donde nos topamos de manera contundente con la exploración más profunda del género.

De este modo, incluso el manejo temporal narrativo se inscribe dentro de esta dimensión en primera persona. Los flashbacks a la niñez de los protagonistas se convierten en una danza de inmersiones y ascensos sobre la superfície traumática de una vida entrecortada por la fatalidad del destino. La manera de captar la realidad existencial de los protagonistas se transforma en un empático viaje de dolor y compasión. Los recursos de Noé para lograrlo siguen siendo los mismos: impacto, crudeza y un cierto afán de crueldad en la recreación de las secuencias dramáticas (esa opresiva secuencia dentro del coche accidentado es absolutamente angustiosa... casi tanto como la de Mónica Bellucci en "Irreversible" donde lo sexual se hace insoportablemente explícito). ¿Es necesario ese recurso extremo?... Bueno, según Noé, su visión de la vida es violenta, y es de ese modo que trata de reproducirla.

En cualquier caso, la mayor virtud de la película radica en su concepto de "viaje astral multidimensional". No nos sentamos ante una trama unidireccional en su sentido más ortodoxo. La trama trata de explorar las multiples dimensiones de la mente, desde su perspectiva más amplia. Todo aquello que existe bajo la superfície de nuestra percepción sensorial más aparente. La excusa para ahondar en ello es la evocación a estados alterados de conciencia y a un supuesto acercamiento subjetivo a una experiencia en el umbral entre la vida y la muerte. El viaje astral se convierte en vehículo propio de narración, através del cual la realidad mundana de los bajos fondos de Tokyo se distorsiona para ofrecerse desde una perspectiva abrumadoramente etérea. Eso permite a Noé desplegar un nuevo abanico de recursos cinematográficos hasta hoy casi inéditos (los planos zenitales libres atravesando paredes, los extensos planos secuencia fusionados con las visiones abrstractas, la elevación a cotas metafísicas...).

De este modo, "ENTER THE VOID" se acaba convirtiendo en un apabullante ejercicio de nuevo cine, donde se traspasa la idea convencional de un film. Poco importa lo que entendamos en su desenlace; ni tan siquiera cobra demasiada validez la idea de la reencarnación inicialmente expuesta citando el Libro Tibetando de la Vida y La Muerte. Noé desvela que la secuencia final fué filmada con la madre del protagonista pero al mismo tiempo nos induce a pensar que se trata de la hermana. Ese juego de ambiguedad para dejar un final abierto parece estar en sintonía con el resto de la trama, donde nunca sabemos del todo lo que sucede, confundidos por la distorsión temporal narrativa.

En cualquier caso, lo verdaderamente importante de semejane experiencia cinematográfica, es su inédita aproximación a un nuevo lenguaje audiovisual cargado de voluntad subversiva. El cine debe ser hoy algo más y Gaspar Noé nos lo ofrece. Sin concesiones a la indústria ni recursos de gratificación al gran público (quizás por eso nunca se estrenó en España, ni siquiera en DVD). Sin tapujos, con toda la crudeza y complejidad posible. Creando un auténtico viaje espiritual para el espectador. Una incursión rotunda, laberíntica y apabullante hacia el interior de un alma suspendida. Una especie de alucinación audiovisual etérea que nos conduce de lleno a contactar con la realidad sumergida de lo que somos.

Decía Francisco Varela (1946-2001),neurobiólogo budista chileno, que la muerte es un espejo y que lo que realmente vemos en ese momento es el contenido de nuestra mente. Pués bién, "ENTER THE VOID" ahonda profundamente en esa dimensión y lo hace de manera soberbia. Solo precisa de espectadores abiertos ante el abismo de su profundidad.

Sergi Cànovas







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